Matrícula alumnos nuevos SAE, periodo complementario de postulación 17 al 24 de noviembre.
Nuestra comunidad tiene vida. Con esto nos referimos a que se construye entre todas las personas que son parte de la escuela, con sus experiencias, saberes, emociones. Lo indicado, se ve influido por el lugar en donde el establecimiento se ubica, pues nuestro barrio, nuestra comuna, forman parte de un legado cultural que incide en las experiencias, saberes y emociones ya mencionadas. Se entiende de este modo que la Convivencia sea una producción colectiva y compleja, porque involucra distintas formas de entender la vida.
Construir un ambiente libre de violencia es un camino extenso y dificultoso por dos razones que destacamos entre varias otras. La primera tiene que ver con un giro que debemos producir sobre el conflicto y la violencia que éstos detonan. Por lo general los conflictos nos confrontan como si fuésemos enemigos, como si estuviéramos en una competencia en donde debe ganar la idea que es aparentemente mejor. Esto hace que otras ideas se pierdan, puesto que no se generan esfuerzos por construir con todas las voces, cuestión que además favorece que se genere una violencia que confronta ideas distintas, porque no se ha fortalecido la valoración de la diferencia. La segunda se centra en que muchas veces la convivencia se ve como algo estático, como valores que no cambian y eso es problemático, pues a modo de ejemplo, la comunidad que daba cuerpo a la vida escolar en la década de los ’80 es completamente distinta a la que existe hoy, en donde la tecnología, la información son elementos claves en las formas en que en la actualidad nos comunicamos.
La Política Nacional de Convivencia Escolar sustenta y justifica la implementación de un plan de gestión de la Convivencia fundada en un enfoque formativo, inclusivo, participativo, territorial, ético y de derechos. Cada uno de estos enfoques se co-constituyen, se entrecruzan y complementan, por lo que destacar alguno de estos, con base en las necesidades educativas, no significa que los otros no se desarrollen. Precisamos esto último, pues lo que hemos descrito con anterioridad impulsa nuestro énfasis por el enfoque de derechos como eje de desarrollo social, político, económico del estudiante que guían la reactualización del Manual de Convivencia. Vivir el enfoque de derecho es vivir respetando y valorando la diferencia. Asimismo, es entender que los derechos cambian según las demandas colectivas y éstas se modifican con base en los tiempos que vivimos.
En esta línea, nuestro Manual de Convivencia representa este momento puntual que se caracteriza por la implementación del enfoque de derechos que surge como producto de un acuerdo basado en las preocupaciones comunes sobre Convivencia. Esto, cabe decir, que se ajusta a las normativas y cuerpos legales vigentes y a nuestro Proyecto Educativo Institucional. Como asume el carácter dinámico y cambiante de la convivencia expone de antemano la necesidad de revisar permanentemente sus contenidos, para profundizar y perfeccionar nuestro trabajo formativo. De allí su importancia, pues representa nuestra propia cultura.